miércoles, 19 de junio de 2013

Regreso Fugaz

Luego de tres meses de salir de mi país, he regresado, las expectativas antes de llegar eran tremendas. El regreso lo hemos hecho por tierra desde Cúcuta, una cuidad con mucho contraste; por un lado está el modernismo con un centro comercial, casas y edificios hermosos y por el otro lo rural, calle de tierra, kiosco de ventas de comida a la orilla de la carretera.

Contarles el recorrido de 13 horas hasta llegar a Caracas es mentirles, pues me he dormido casi todo el trayecto. Lo que sí recuerdo bien es la parada que hicimos para comer, impecable una arepa, también comimos oreó, doritos  y platanitos. No es que en Colombia no los allá de eso, pero es que no saben igual. 

Al llegar a Caracas eran un poco más de las tres (3) de la mañana, lo que fue ventajoso porque increíblemente no había cola jajajajajaj hubiese sido el colmo. 


Al poco rato amaneció, imperdonable no ver el amanecer en nuestro emblemático Ávila. Fue como el despertar y decir estoy aquí, vivo y viéndote tan impotente y tranquilo frente a mi. Si, en ese momento supe que lo extrañe, lo extrañe tanto como la calidez de mi cuidad. Si, porque es mi cuidad me guste o no, y debo confesar de que extraño a Caracas con todo y sus ruido. Aunque esta peculiar mañana despertó silenciosa, tranquila, como dándonos esa bienvenida y diciéndome te eche de menos y estas aquí otra vez.  

Nos Arreglamos y salimos a desayunar unas empanadas de queso en la planta baja del C.C.C.T., el sabor de queso salado, la fritura. Falto el jugo de naranja California, pero allí caímos en cuenta, de que eso "no hay".... Cruel realidad! Nos hemos tomado un jugo yukery y me asombro el precio Bs. 18 cada uno. Mi cara de asombro fue de foto. 

El nerviosimos de todos, la tensión que se siente es increíble. Los cuentos de los amigos y familiares fueron desconsoladores, como un país puede cambiar tanto en sólo 3 meses, como zonas pasaron de ser transitables a "bajó su riesgo"... Es inaudito. 

Impelable no ir a playa, sentir el calor del sol, lo pegostoso en la piel, el mar calido... Mi playa no cambia sigue intacta, espectante a mi regreso, ella siempre me recibe con una divertida revolcada de ola.


Los amigos habia que verlos, contarnos como va la vida con sus respetivas birras, unas azulitas bien fria en los chinos y luego unos rones...

Este viaje fue reconfortante, fue "un tuve razón de irme y luchare por continuar alla". Extraño mi cuidad pero no podria regresar con tanto caos... Te recordaré con la belleza de siempre, con tus cielos azules, tu verde avila, tus calles alegres, tus comidas deliciosa, la gente amable... Solo eso!